Resurgimiento de la Zapateria y la Costura

Posted by Angelica Duarte on 7:34 PM

María Ojeda con la costura y Javier Gil con el calzado, viven una buena época en sus profesiones. Entre hilos retazos y máquinas, hacen los arreglos necesarios que sus clientes les piden porque la crisis económica los trae a sus talleres, para salvar algún dinero y re-utilizar, antes que comprar.
Javier Gil, un zapatero colombiano, que aprendió su oficio a los doce años, estuvo preocupado escuchando noticias sobre la recesión de la vivienda y el aumento del desempleo. Vio a algunos vecinos cerrar sus tiendas por no poder cumplir con los pagos del banco, pero su caso fue diferente. Tras más de 45 años en el oficio, afirma que ahora esta de buenas y es el momento de la zapatería. “Antes tenía de 8 a 10 clientes al día, ahora pueden ser de 15 a 20”. Y es que debido a la baja en la economía, más personas buscan ayuda para que los zapatos viejos se vean como nuevos. “Yo comienzo a ver más gente entrando con zapatos o carteras para arreglar… y son personas que regresan porque mi trabajo es de calidad”.

Mitch Lebovic, del Instituto de Reparación del calzado de América, concuerda con lo relatado por Javier: “No tenemos cifras específicas pero sabemos que el 2009 ha sido definitivamente bueno, porque miembros de nuestra organización así nos lo cuentan”.
En las cerca de 81 zapaterías de Miami se siente el incremento. Javier Gil tiene su zapatería en Bird Road al oeste de la ciudad, pero el mismo fenómeno lo confirman zapateros de otros lados del condado. Henry Urrea trabaja en Brickell Boots and Shoe Repair y afirma que el aumento en el volumen de trabajo viene de un año atrás y en su caso es del 30%. Amaury Márquez de Márquez National Shoe Repair, de la calle 8, dice que “a diario escucha historias de desempleo, y que si percibe un aumento en el trabajo que le llega pero solamente en un 5%”. En South Beach, Yara Scudera Star Shoes and Boots confirmó un aumento en el volumen de trabajo del 40%.
Gil asegura que la clientela ha cambiado, antes recibía más encargos de almacenes, y menos de personas. Ahora como los almacenes han bajado sus ventas, le han bajado a los encargos que le hacían; pero el número de clientes que vienen por su cuenta ha aumentado. “Muchos me cuentan que perdieron sus empleos y traen sus zapatos porque quieren verse bien”. Recuerda el caso de una profesora que le llevó unos 15 pares que tenía guardados en su closet para ver si podía repararlos y evitar comprar unos nuevos.
Si se acerca a Express Shoe Repair, verá a Javier Gil pasando más horas frente a sus máquinas lijadora y terminadora; o saltando repentinamente a la máquina de coser para hacerle las costuritas a los zapatos, que es lo que tanto le gusta. Todo para que queden terminados o en sus palabras, “Yo busco dejarlos siempre como nuevos”.
Por su parte María Ojeda aprendió modistería en Perú a los quince años, “comencé a hacer mis primeros trabajos, porque quería tener mi propio dinero”. En sus 40 años de experiencia afirma que su actividad favorita es la alta costura y los vestidos de novia. Trabaja, tiempo completo en una tienda de novias de Miami y también recibe clientas en su casa para ganar un dinero extra. Después de 11 años en los Estados Unidos, reconoce que desde hace dos años sus clientes han aumentado, “de 10 prendas a la semana; he pasado a 20”. Gracias a ello, dejó su habitación rentada y alquila su propio apartamento dónde puede tejer con tranquilidad hasta altas horas de la noche.
Según Natalie Alexander, Directora Ejecutiva de la Asociación de Diseñadores y Modistos (CTDA), situada en Broadlands, Virginia, el negocio de la costura ha resurgido. María dice que algunas de sus clientas están en la búsqueda de empleo, “me traen sus prendas para reformar, porque quieren verse elegantes”. Natalie Alexander dice no tener cifras específicas del auge de la actividad, pero según los datos de sus más de 300 miembros, calcula un incremento del 25% en el volumen trabajo, que seguramente se traduce en un incremento de sus ganancias. Este fenómeno se percibe desde enero del 2008, afirmó.
Yara Scudera, modista y recepcionista en la zapatería de Star Shoes and Boots en South Beach dijo que el aumento no ha sido como el de la zapatería, pero si lo ha sentido en el volumen de trabajo en un 20% que viene desde finales del 2008. Dice que ahora lleva prendas para terminar en su casa. “Aquí tenemos clientes como meseros, bailarines, travestis… ellos son los mejores… La clientela ahora es local y si se siente un aumento, traen más trabajo que antes”.
Según la directora de CTDA, se ha vuelto popular el escuchar de clientes que llevan ropa vieja de ellos o de sus padres para ser remodelada y ajustada a su forma. Les resulta menos costoso que la compra de ropa nueva, es así como usar “antiques”, se ha convertido en una tendencia muy popular. Ojeda lo ha vivido, “he tenido clientas que vienen con ropa de noche de la mamá o de la hermana para arreglar”. En adelante a la hora de renovar su closet, mire nuevamente esas prendas que piensa tirar, con un poco de ayuda pueden convertirse en nuevas para ud. o alguno en su familia.